miércoles, 17 de octubre de 2012

Se te va el avión...

Es difícil llegar a viejo... luego de andar toda una vida haciendo las cosas que hacemos desde que nacemos hasta que se te empiezan a platear las sienes y a surcar de arruguitas la cara, otrora lozana y clara... pero de eso se trata la vida, ella te va marcando con arrugas, dolencias, canas y reumas, en el mejor de los casos, otros podrían ser de serios problemas de salud como el espantoso cáncer o los derrames y los infartos, pero uno para mí, en mi caso muy particular que espero no tener que enfrentarlo es la temida demencia senil, cuando vas perdiendo poco a poco la memoria de eventos recientes, confundís los lugares y nombres de personas, perdés la noción del tiempo y te vas en un tobogán de situaciones que solo vos entendés y lo peor es que asegurás y te enojás si no te siguen la corriente o no te dan la razón aunque el mundo se venga abajo, el problema no lo es tanto para la persona mayor, los abuelitos o abuelitas... es para quien los cuida y son los responsables de su bienestar, a ellos , los cuidadores, les toca una carga que puede ser muy linda o una carga muy pesada sobre sus lomos si no saben cómo llevarla, es cuestión de buscarle la comba al palo... si son parientes, que por lo general lo son, son seres amados, que atesoran una riqueza de experiencias y de sabios consejos en sus momento de lucidez, los cuales hay que aprovechar y disfrutar precisamente de esos momentos y si llegaran a ser personas ajenas, pues qué interesante conocer y compartir los efímeros raticos que nos puedan brindar y hacer la labor con amor. Si llegara a esas edades y fuera yo quien sufriera la temida demencia senil ojalá tuviera la fortuna de estar en manos de personas que puedan aprender de mí lo que hasta hoy he atesorado y que la vida, que ha sido muy linda y enriquecedora, pueda yo transmitir un poco de lo lindo de esta aventura que es la vida.

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