viernes, 2 de noviembre de 2012

El Derecho al berreo

Es curioso cómo la gente no protesta en muchas oportunidades, acerca de cosas que, de por sí, tiene todo el derecho a hacer su reclamo, estamos hablando concretamente de asuntos de compras.  Muchas veces realizamos una compra y al llegar a la casa nos damos cuenta que el zapato quedó pequeño, el bolso está con el zipper malo, la blusa tiene un piquete y nos da vergûenza ir a cambiarlo y estamos en la obligación de ir o llamar para hacer el cambio pertinente, total, las cosas no son regaladas.  Hace poco hubo una situación en un lugar de comida rápida y que nos reservamos el nombre , en donde sirvieron unas frituras: papas ( que total ya no son papas sino un vegetal que lo sustituye que se llama Chamol ), aros de cebolla y Hash brown, que sabían a diablos, excepto las papas que estaban frescas, lo demás era de color cafezuzco y de aspecto arrugado-tieso, pavoroso... y los comensales , unos jóvenes, no querían ir a hacer el reclamo por pena y por una posible escena... ( ! ),  no chicos la vaina no es así, una persona adulta, con la mejor de sus sonrisas fue al mostrador y habló, explicó que el producto no era fresco y que fue recalentado en un aceite de hace 20 años y los funcionarios corrieron y sustituyeron el producto inmediatamente, fresco y crujiente, la pregunta es: por qué no se atreven? si están pagando por eso !  Por otro lado les contaré una historia reciente que solo porque Dios es grande se la estoy contando, una noche se me ocurrió tomar una sopa de una industria que es mundialmente conocida y la preparé y serví, cuando estaba por finalizar.... cof cof cof !!! casi fallezco por atragantamiento !!! Resulta que venía un elemento como de tres y medio centímentos de largo y delgadito, una tirita plástica y me la tragué pero la bandida no bajó sino que se estacionó en algún lugar de la garganta produciéndome una tos desesperante, salieron cantidades abundantes de lágrimas y mocos, en medio de los tosidos y las secresiones logré meterme los dedos y pescar el plástico y empezar a jalarlo y cuando todo pasó y le dí gracias a Dios empecé a examinar el cuerpo extraño en cuestión... no podía creer que hubiese algo así en un producto de una empresa tan importante, procedí al día siguiente a llamar y poner la queja... inmediatamente se hicieron todas las gestiones, llamadas van y vienen, un funcionario de la empresa se hizo presente y recogió la muestra con el empaque, y las una y mil disculpas del caso, le cuento todo esto porque yo como consumidora tengo todo el derecho al berreo, pagué por un producto y que para mi tuerce salió con premio, un premio que por él casi no estaría aquí contaándoles... pero tenemos que hablar, exponer, reclamar... berrear. Que si solucionó?  Bueno, pasé un poco molesta de la garganta, espero que a nadie le pase una cosa así por un mal control de calidad, pero se habló que es lo importante, claro, que esto dista mucho de empezar a berrear por todo, no no no, solo se aplica cuando se tiene la certeza y la seguridad que la razón y la justicia están de tu parte.

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